palabras, o sea, que si
Figueredo viviera, al considerar que la
melodía que él escribió
en una noche es nuestro Himno Nacional
y que está expuesto, como todos
los Himnos Nacionales, a la crítica
de músicos extranjeros; al considerar
que el momento revolucionario que exigía
la repetición de su mandato había
pasado, él también habría
suprimido los compases que forman la aludida
repetición, para no dar lugar a
que se pensara que nuestro Himno era un
plagio de La Marsellesa y
para presentar
su melodía en proporción
estética, correcta y perfecta,
como seguramente él la concibió
primero.
Y así, amigos periodistas, haciendo
este complejo análisis con juicio
de músico imparcial, despojándome
de la admiración y el afecto que
como artista cubana me ha inspirado el
noble patriota Pedro Figueredo y Cisneros,
pero siempre con mi afán de hacerle
justicia, decidí
al hacer mi versión del Himno,
restituirle al Himno Nacional la verdadera
melodía de su autor, a excepción
de la repetición de los compases
que podrían seguir motivando falsas
intepretaciones, pues la pequeña
y única corrección musical
que yo he hecho, verificada en las palabras
muerte y valientes
no afecta en nada esencial la línea
melódica.
A mi versión del Himno le he restituído
también el compás de cuatro
tiempos con la letra de los versos según
los escribió Figueredo, y la forma
de acompañamiento que ha debido
tener el Himno originalmente,a juzgar
por las versiones que he visto de la época
de la Colonia, que es a base de
octavas o acordes para cada tiempo, la
que le corresponde a una marcha que tiene
su ritmo característico en la misma
melodía y que, además de
ser la más propia de un Himno Nacional,
es asimismo, la que más facilita
su ejecución pianística.
He mantenido en los acordes la figuración
rítmica sui géneris
de la marcha, no repitiendo las tres notas
de los expresados acordes en el arreglo
para canto y piano con objeto de evitar
el efecto de pesadez sonora y de monotonía
que en esos casos se produce y, al mismo
tiempo, para escoger las notas que mejor
dan la impresión del acompañamiento
del tambor, instrumento que, sin duda,
acompañó la marcha bélica
de Figueredo por las calles de Bayamo.
RESUMEN
Como resumen les diré
que en la breve exposición que
les he hecho, ha quedado demostrado:
Que
el Himno Nacional tiene acompañamiento
de pasodoble español. (Ilustraciones
Nos. 5, 6
y 7).
Que
la introducción que le añadió
J. A. Rodríguez Ferrer está
basada en toques de corneta del Ejército
español. (Ilustración
Nº 8).
Que no
existen plagios en la melodía original
de Pedro Figue-
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