oportunidad entre directores de Bandas,
las casas editoras del extranjero consiguieron una copia
y se la entregaron a los arregladores de música de
sus respectivas firmas, quienes hicieron algunos cambios
para poder registrar la instrumentación y publicarla
en una Colección de Himnos, lo que se ha hecho en
distintas ocasiones, sin que el nombre de Rodríguez
Ferrer aparezca en ellas para nada, y esa
es la música del Himno que están tocando las
Bandas, o sea, con las variantes que cada editor le ha querido
poner. (1) Luego, quiere decir,
que la edición de Rodríguez
Ferrer, que se ha dicho que es la que se toca desde 1898,
no existe como tal edición nada más que en
la imaginación de unas cuantas personas.
Pues bien, como el acompañamiento que le puso Rodríbuez
Ferrer es un aire típicamente español resulta
ser una combinación absurda, le resta sentido de nacionalidad
al Himno, y es casi inconcebible que se siga tocando todavía
así.
Puede apreciarse el cambio radical que le dió al
carácter del Himno esa forma de acompañamiento,
con el pequeño fragmento de la versión de Agramonte
escrita con la forma de acompañamiento que debió tener
el Himno, originalmente, a base de octavas y acordes. Ilustración
Nº 4.
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