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Entre los arreglos que se publicaron en Cuba, uno de los que más se popularizó fué el del maestro Rafael Pastor, que presentaba la letra correcta, pero con la melodía adulterada, en estilo de contrapunto, más propio para un acompañamiento de órgano que para un Himno Nacional de carácter bélico. Véase la ilustración Nº 13.

(Ilustración No. 13) (Pastor)

Me he estado refiriendo a las primeras ediciones del Himno y a las que más se han popularizado en Cuba, que para el tema de esta conferencia son las más importantes, y para no cansar la atención de ustedes debo darles ahora mi opinión sobre el mérito de la melodía original de Figueredo y hablarles de la última edición publicada por mí y el porqué me he decidido a hacerla.

No ha sido para mí una tarea fácil. Después de analizar en todos sus detalles las ediciones de que he tratado y otras que han circulado menos o que han sido publicadas en el extranjero; después de haber observado los esfuerzos que otras personas habían hecho para rectificar las deformaciones de nuestro Himno Nacional, primero en 1892, luego en 1900, en 1918, en 1925, en 1929 y alrededor de 1940, y estudiar los motivos por los cuales no se había llegado a ninguna solución práctica, yo me quedé mucho tiempo perpleja y meditativa.

Consideré que habían varias ediciones que se titulaban oficiales sin serlo, legalmente, siendo, en cambio, diferentes entre sí, y al fin llegué a la conclusión que les expuse al principio: era necesario que alguien le diera de nuevo el frente a la situación. Probablemente, no se había llegado a ningún acuerdo porque no se había presentado el Himno con el compás que corresponde para el ritmo natural de sus versos, con el acompañamiento que le es peculiar, por su carácter de Himno Nacional y por su origen, y porque no se había armonizado con las notas exactas de la melodía de Bayamo, su variante de tonalidad en la 2da. parte y el final épico que el autor le imprimió y, entonces, puse mano a la obra para poderlo presentar así. Como es natural, la responsabilidad de publicar una nueva edición del Himno de Bayamo me obligaba a hcer un último y minucioso aanálisis de todas sus versiones y de su melodía original en su aspecto estético y en relación con la letra y con su carácter de Himno Nacional.

 
 

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