Los dos mencionados compositores han sido
los únicos músicos cubanos
que han adoptado, en los arreglos que
se han publicado del Himno, el acompañamiento
en forma de pasodoble de Rodríguez
Ferrer y su introducción, basada
en toques de corneta extranjeros, quizás
porque no conocieran la procedencia de
los toques en aquel entonces, o porque
no se detuvieran a analizar el ritmo de
la armonización.
En los siguientes años de la República
se publicaron otras ediciones con variantes
en las palabras, en las notas, en la armonía,
y posición de los acordes y en
la forma de acompañamiento, unas
en Cuba y otras en el extranjero. Entre
éstas la que más se popularizó
en Cuba fué la publicada en un
Libro de Himnos de Barcelona, con una
introducción nueva aunque no de
toques de corneta sino formada por las
mismas notas del principio del Himno y
presentando una letra casi igual a la
de la edición apócrifa de
Nassau, con variantes en la música,
añadidas en una nueva o 3ra. parte
del Himno, así como algunas estrofas
que sólo he visto reproducidas
en otra colección de Himnos editada
en los Estados Unidos: La letra de las
estrofas aludidas es la siguiente:
Valerosos cubanos luchemos |
y retumben los gritos de guerra |
si es preciso la vida daremos |
nuestra sangre por la libertad. |
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Ya resuena el clarín ¡Al
ataque! |
Cuerpo a cuerpo valientes lidiemos |
y obteniendo gloriosa victoria |
Cuba libre por siempre será. |
Esta letra da idea de cómo cada
editor ha introducido las variantes que
ha estimado mejor y en algunos casos la
letra que se ha añadido no concuerda
con el ritmo intrínseco de la música
del Himno de Bayamo ni con el espíritu
bélico de su texto original, según
puede apreciarse por los siguientes versos:
No se nuble jamás
esa estrella |
Que las hijas de Cuba bordaron |
Y que nobles cubanos alzaron |
En su libre y feliz pabellón. |
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¡Gloria y nombre a los hijos
de Cuba! |
¡Gloria y nombre al valiente
Aguilera! |
¡Viva, viva la alegre bandera |
Que en los campos de Yara se alzó! |
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