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se prestan a cierta confusión, por lo que quiero arpovechar la oprotunidad para explicar que su orden correcto es el tradicional, o sea, “oprobio y afrenta”, aunque en el autógrafo del autor aparezcan en orden inverso. Los patriotas del 68 cantaron dichas palabras en este orden: “oprobio y afrenta”, según copias manuscritas de Figueredo, el Maestro Agramonte las escribió en su versión del Himno, en igual orden, y lo mismo Fernando Figueredo y Socarrás en su artículo sobre los versos de fecha 10 de Julio de 1900. Candelaria Figueredo —la Abanderada del 68 e hija del autor del Himno de Bayamo— las dictó al General Raimundo Sánchez, en Cayo Hueso, en igual orden: “oprobio y afrenta”, y como última cita diré que la señora Elisa del Portillo, viuda de Rodríguez, nieta de Perucho, en su escrito a la Comisión Pro Himno Nacional, en el año 1929, declaró que su tía Elisa, o sea la hija del autor del mencionado canto revolucionario, que actuó de maestra de las señoritas que entonaron el Himno en el Te Deum de gracias en la iglesia de Bayamo, se las enseñó a ella en el mismo orden: “oprobio y afrenta”.

Estas declaraciones hacen pensar que Figueredo tendría mucha prisa cuando escribió su autógrafo, o algo le distraería en aquel momento y alteró el orden de las palabras. Hay que considerar que lo escribió en el 69, cuando llevaba como un año perseguido por los montes, y en cambio, no se puede dejar de reconocer que por la acentuación de las palabras en relación con la de la música que le corresponde, se entonan mucho más correctamente según se cantan por tradición que como aparecen escritas en el autógrafo.

He ido recopilando muchos otros datos que prueban el orden tradicional de estas palabras, pero ahora no podría entretenerme en exponer más detalles.

Después de las primeras adulteraciones que he señalado que se le hicieron a la música y a la letra, en Nassau, se han variado sólo dos o tres notas, aunque a decir verdad, no lo han sido para enmendar un pequeño error ni tampoco para acercarse al original, y en cuanto al conjunto de la letra se ha estado mezclando parte de la original con la adulterada, sustituyendo también algunas preposiciones, etc.

Me estoy refiriendo, únicamente, a la letra de los dos primeros cuartetos que es la que casi siempre se ha cantado y la que hoy debe cantarse, porque rememora el ideal de la independencia y el levantamiento del 68. El hablar de la letra de los demás versos del manuscrito de Figueredo ocuparía mucho tiempo y, en realidad, un Himno Nacional no se entona casi nunca nada más que con las primeras estrofas de la música.

 
 

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