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Más adelante volveré a tratar de la melodía para considerar su verdadero mérito y aclarar determinados comentarios que son originados, probablemente, por no comprenderse el espíritu de la música, y voy ahora a considerar las primeras adulteraciones que se le hicieron a la letra.

LA LETRA Y SUS PRIMERAS ADULTERACIONES

La letra del Himno sufrió también grandes alteraciones en Nassau. Los dos primeros versos fueron los únicos que quedaron igual; pero los dos siguientes, en vez de ser como los escribió Figueredo,

“No temais una muerte gloriosa,
que morir por la Patria es vivir,”

fueron transformados en los siguientes:

“Romped, ya la cadena ominosa,
a los gritos de ¡Honor! ¡Libertad! ”

La 2da. parte fué escrita toda en plural y con algunas palabras cambiadas, quedando de esta manera:

“No querais con cadenas vivir,
en afrenta y oprobio sumidos,
del clarín escuchad los sonidos,
¡a las armas, valientes, VOLAD!”

Como ustedes pueden observar la exageración que implica la última palabra, VOLAD, le quita toda efectividad a la estrofa, y la emoción que Perucho le imprimió a los dos versos primeros de esta 2da. parte, recordándole a cada cubano en particular lo que estaba pasando, por sentirse esclavizado, esa hábil sugerencia, escrita en tono menor, es de un efecto de expresión infinitamente superior a cuando se dice en plural. Obsérvenlo ustedes en su verdadera letra:

“En cadenas vivir,
es vivir en oprobio y afrenta sumido,
Del clarín escuchad el sonido,
¡a las armas, valientes, CORRED!”

Yo no comprendo cómo pudo cometerse, de una sola vez, un desatino tan grande con el Himno, pues su sentido psicológico, tanto en la letra como en la melodía, quedó desvirtuado.

Para desgracia nuestra esta falsificación es la que estableció la falsa tradición de la melodía y de donde ha partido la confusión que se creó después con la letra, debido nada más que al nombre que se le puso al papel periódico donde se publicó el Himno.

En nuestros días ha sido confimada la verdadera letra del Himno por el manuscrito de Figueredo y las declaraciones de personas autorizadas, pero todavía las palabras “oprobio y afrenta”

 
 

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