Guerra, Francisco Maceo
Ossorio le dijo a Figueredo que, puesto
que él era músico, debía
escribir una composición que fuera
La Marsellesa de ellos. Aguilera
se unió al ruego, y Figueredo les
prometió que la obra estaría
lista a la noche siguiente, en ocasión
en que se reunirían allí,
de nuevo, para celebrar una gran asamblea
de conspiradores.
Pedro Figueredo, a quien se llamaba cariñosamente,
Perucho, con entusiasmo y vehemencia se
dió a la tarea de escribir la música
y a la noche siguiente
cumplió su promesa, tocando en
su piano la marcha que había compuesto
para que la oyeran sus amigos.
Es de suponer que al pedirle los citados
amigos a Perucho que compusiera una obra
que representara para ellos lo que La
Marsellesa a los franceses, tenían
que haberle oído interpretar otras
composiciones suyas, porque a nadie se
le ocurre pedirle a una persona que toca
el piano que escriba una obra musical
si no sabe que ese pianista tiene conocimientos
suficientes de armonía y que está
capacitado para hacerla.
EL HIMNO ARMONIZADO POR
SU AUTOR
Pues bien, por el afán de criticar
que tienen muchas personas o quizás
para disculpar a los adulteradores de
la música de Figueredo, algunas
veces y esto se ha repetido recientemente
se han expuesto dudas de que Figueredo
tuviera conocimientos musicales suficientes
para componer su obra que, si bien es
muy hermosa por su carácter y su
melodía, no es nada complicada
en técnica musical para que haya
podido originar esas dudas.
Se ha dicho también que Figueredo
no armonizó su melodía,
a pesar de que los historiadores han declarado
que él la tocó en el piano
para que la oyeran Maceo Ossorio y Aguilera,
y no iba a tocar sólo la melodía
cuando se le pidió una composición.
Pero hay otro dato de los historiadores
que han tratado el caso, que confirma
que Perucho armonizó
su obra, y es que Figueredo la
escribió en Agosto de 1867,
y ellos han dicho que en
Mayo de 1868 fue cuando Perucho se dirigió
al maestro Muñoz para pedirle que
le instrumentara una marcha
algo vehemente, con la cual quería
dar una sorpresa a sus amigos. Se
ha declarado, también, que el Maestro
Muñoz lo felicitó por su
obra diciéndole que había
hecho una marcha original, de verdadero
mérito, que subyugaba y conmovía
y que hasta entonces en aquel género
de música no había encontrado
nada semejante. (1)
Los historiadores han declarado asimismo
que entre Agosto de 1867 y el mes de Mayo
de 1868 Figueredo había estado
tocando
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