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tra ni de la música del himno revolucionario, porque si se les encontraba era una demostración de infidencia, y por eso, precisamente, fué fusilado Figueredo.

En cambio, el Himno apócrifo que se publicó en Nassau, como ésta era una posesión inglesa, fué fácil conservarlo y que llegara a los Estados Unidos, donde había un buen número de patriotas cubanos, y aquella melodía deformada se tuvo por la original durante mucho tiempo, y fué reproducida como tal, sin que lo pudieran impedir los hijos ni los amigos de Figueredo, pues aunque sabían que estaba adulterada nadie podía imaginar dónde podría encontrarse la música verdadera.

Las principales adulteraciones que se le hicieron a la letra y a la melodía del Himno fueron hechas en aquella primera edición de Nassau, la cual ha sido reproducida más de una vez, con el nombre Marín Otero, como arreglador, y hasta como autor, omitiéndose el de Figueredo, pero haciendo constar siempre que fué publicado en “El Cubano Libre”. Sin embargo, es creencia bastante generalizada que las adulteraciones melódicas que se le han hecho al Himno han sido realizadas por músicos direrentes, con la sana intención de perfeccionar la melodía. Y como en las ilustraciones Nos. 2 y 3, en la página 9 aparecen las adulteraciones que se le hicieron al Himno en Nassau, que son casi todas las musicales que todavía se conservan, comparándolas con la línea melódica original que se halla escrita en la pauta superior, podrán ustedes apreciar si fueron hechas esporádicamente y si han mejorado la melodía del autor o la han empobrecido enormemente.

LA MELODIA Y SUS PRIMEROS ADULTERADORES

El Himno consta de dos partes. La primera corresponde a la primera estrofa de cuatro líneas o versos, y está en forma narrativa. Figueredo le expone enérgicamente a los bayameses que deben marchar al combate, que la Patria los contempla orgullosa, y que no le teman a una muerte gloriosa, porque morir por la Patria es vivir.

Observemos ahora su tranformación. Se alteró la última nota del primer compás y se suprimió la última nota de la música del primer verso, realizándose los mismos cambios en la del tercer verso y haciéndose en éste, además, la variante que el autor escribió en la segunda parte. A la música del segundo verso se le suprimió el sostenido, quedando la nota SOL natural, y lo único que no se alteró es la música del cuarto verso. Así es que en esta primera parte hay siete cambios en la música. Véase la ilustración No. 2.

 
 

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